domingo, 27 de mayo de 2012

EL HOMBRE DISTINTO

DIFERENCIA Y CONFLICTO

Esta actividad fue extraída de Actividades para el aula - 1ª ed. Bs. As. Ministerio de Edicación, Ciencia y Tecnología de la Nación, 2005. Autora: María García Costoya. Publicado dentro del Plan Nacional de Mediación Escolar.
1. ¿Cuál es la causa principal del conflicto?
2. ¿Qué tipo de conflicto es?
     * intrapersonal (de una persona en su interioridad)
     * interpersonal ( entre dos o más personas consideradas individualmente)
     * intragrupal (entre subgrupos dentro de un grupo)
     * intergrupal (entre grupos)
3. ¿Puede pertenecer a dos categorías (en forma simultánea, en forma sucesiva...)? ¿Por qué?
4. ¿La forma de resolverlo es absolutamente satisfactoria para una de las partes? ¿Por qué?
5. ¿Por qué razones o motivos el resto del grupo no se opone (y, en este caso, adhiere activamente) a ese modo de resolver la situación?
6. La historieta muestra una situación extrema tomada como un caso individual. Tomando en cuenta el año de su publicación en nuestro país, ¿qué reflexión propone el relato?

EL LOBO MALIGNO y CAPERUCITA ROJA – LA OTRA HISTORIA


PONERSE EN EL LUGAR DEL OTRO
(Tiempo aprox. 25 minutos)
Este es un recurso muy valioso para desarrollar la habilidad de empatía en los alumnos y divertirse en el transcurso de la actividad. ¡Disfrútenlo!
1)  Un cuento con relevos: Contar entre todos los integrantes del grupo el cuento de la Caperucita Roja. (Cada integrante del grupo dice una oración del cuento).
Había una vez...
2) Una vez contado el cuento un integrante del grupo solicita a alguno de los capacitadores "EL LOBO MALIGNO y CAPERUCITA ROJA – LA OTRA HISTORIA".
3) Leer la otra historia... en el grupo y relacionarla con situaciones de conflicto en la escuela.
4) Sacar una conclusión grupal.







EL LOBO MALIGNO y CAPERUCITA ROJA
LA OTRA HISTORIA



El bosque era mi hogar, yo vivía allí y me preocupaba por él, trataba de mantenerlo cuidado y limpio.
Un día soleado, mientras estaba limpiando basura que acampantes habían dejado, escuché pasos. Me escondí detrás del árbol y vi a una pequeña niña, viniendo por el camino, trayendo una canasta.
Sospeché de la pequeña niña a primera vista, porque ella vestía muy lujosamente, toda de rojo y su cabeza estaba cubierta para que nadie supiera quién era.
Naturalmente me detuve a observarla y le pregunté quién era, de dónde venía y todo eso… ella me contó un cuento acerca de ir a la casa de la abuela, con la canasta del almuerzo. Parecía básicamente una persona honesta, pero ella estaba en mi bosque y con una apariencia sospechosa con ese extraño gorro encima. Entonces decidí enseñarle lo peligroso que era cruzar el bosque vestida tal lujosamente.
La dejé seguir su camino pero corrí rápido a la casa de la abuela, cuando vi a la agradable señora le expliqué mi problema y ella acordó conmigo en que su nieta necesitaba aprender una lección.
La señora anciana acordó quedarse afuera en la sombra hasta que yo la llamase, en realidad se quedó debajo de la cama.
Cuando caperucita llegó yo la invité al dormitorio, pues yo estaba en la cama vestido como una abuela.
La chica entró con sus mejillas rosadas y dijo algo desagradable acerca de mis orejas. Yo había sido insultado antes y tratando de poner lo mejor de mí sugerí que las orejas grandes servían para escuchar mejor; mi intención era decirle que yo quería escucharla y prestar atención a lo que estaba diciendo, pero ella dijo otra frase insultante acerca de mis ojos saltones.
Ahora ustedes pueden llegar a entender cómo me estaba sintiendo acerca de esa chica que parecía tan agradable pero que en realidad era una persona tan desagradable, sin embargo, seguí con mi política de poner la otra mejilla, entonces le dije que los grandes ojos me servían para verla mejor a ella.
Su siguiente insulto realmente me dolió. Yo siempre tuve problemas de tener grandes dientes y esta niña me insultó acerca de ellos. Yo sé que debí haberme controlado más pero bajé de la cama y le dije que mis dientes me ayudarían a comerla mejor.
Ahora déjenme explicarle, ningún lobo podría comer nunca a una pequeña niña, todos sabemos esto, pero la caperucita loca comenzó a correr alrededor de la casa gritando, yo corría detrás de ella, tratando de calmarla, me había sacado la ropa de la abuela, pero esto lo único que hizo fue empeorar la situación: se abrió la puerta y un enorme leñador estaba allí con su hacha, mirándome, fue claro para mí ver que yo estaba en problemas y me fui por una ventana.
Quisiera decirles que este fue el final, pero la abuela nunca va a contar mi lado de la historia.
Al poco tiempo se empezó a decir que yo era impulsivo y todos comenzaron a evitarme.
No sé más acerca de la niña con su linda caperucita roja, pero yo, nunca volví a ser feliz.